A medida que la ingeniería de vehículos se vuelve más consciente del medio ambiente, muchos fabricantes de automóviles han optado por generalizar sus líneas de vehículos con motor diésel. Debido al tipo de combustible utilizado, estos vehículos tienen estándares de emisiones más estrictos a nivel internacional y especialmente en los EE. UU. Estos niveles son mucho más difíciles de alcanzar y, lamentablemente, de alguna manera han llevado a algunos ingenieros de la empresa a utilizar lo que se conoce como un dispositivo de "trampa" durante las pruebas de emisiones.

El año pasado, un importante caso se presentó en el tribunal laboral alemán y puso al director ejecutivo de Audi, Rupert Stadler, bajo una seria investigación, ya que, según los testimonios, se le consideró el centro del escándalo del “dieselgate” de Volkswagen. Incluso se presentaron documentos en el tribunal que esbozaban un motivo: “Sin fraude, las ventas de los coches diésel habrían estado en serios problemas. Con fraude, toda la empresa está en serios problemas”. (Forbes)

Este escándalo se armó tras miles de procedimientos judiciales laborales antes de que intervinieran otras agencias legales. Ulrich Weiss, que en su día era el responsable del desarrollo de motores en la planta de Audi en Neckarsulm, fue suspendido brevemente a raíz del escándalo del dieselgate. Su abogado ha declarado a la prensa que quiere recuperar su puesto. Gran parte de la atención pública se ha centrado directamente en Weiss, mientras que muchos de los altos cargos de Audi han dimitido discretamente, como el jefe de desarrollo de Audi, Ulrich Hackenberg.

Sin una indemnización adecuada por parte de Audi, todo se llevó a los tribunales. El abogado de Weiss, Hans-Georg Kauffeld, comenzó entonces a intentar "limpiar el ambiente" en relación con el escándalo Dieselgate.

Según su abogado, después de que se revelara el escándalo, se recomendó a Weiss que informara a los reguladores estadounidenses. Weiss supuestamente escribió un documento de varias páginas en el que se analizaban los dispositivos de engaño. “El documento nunca llegó a los reguladores”, Der Spiegel escribió. “La presentación fue censurada en gran medida por la junta directiva”, Kauffeld argumentó ante el tribunal (Autonews).

Esto nos lleva ahora a:

Audi ahora ha despedido a cuatro de sus ingenieros de la división diésel, incluido Weiss.

Automotive News Europe habló con un portavoz de Audi que confirmó los despidos. El nombre de Weiss se hizo público, pero no el de los demás ingenieros. “La razón en todos los casos es el incumplimiento grave del deber”, dijo el representante de Audi (Autonews Europe).

Weiss, que lleva más de un año en el juzgado y con licencia remunerada de Audi, sólo se refiere al ejecutivo estadounidense despedido como “Giovanni P.”, según el periódico alemán Handelsblatt.

Según Handelsblatt, el despido formal de Weiss de la empresa se produjo apenas unos días después de que se afirmara ante el tribunal laboral alemán que el director ejecutivo de Audi, Rupert Stadler, sabía de la existencia de software ilegal instalado en los coches en 2012. Sin embargo, según su testimonio, Stadler afirma que no estaba al tanto hasta que las autoridades estadounidenses informaron del escándalo en septiembre de 2015.

En el último giro de los acontecimientos, según Handelsblatt, Audi ya había sido acusada en 1999 de crear los llamados dispositivos de “desactivación” que reducían las emisiones. Eso fue más de una década antes de que se descubriera que se utilizaban en hasta 11 millones de coches diésel del Grupo VW vendidos en todo el mundo.